Querido Blair:
¿Qué tal estas compañero? ¡Cuantísimo tiempo sin mandarte ninguna carta! Seguramente pensabas que todos tus problemas habían acabado y que por eso no tenías noticias mías. Siento decirte que aún me quedan muchísimas cartas que mandarte y ¡agárrate porque todo lo anterior tan solo ha sido un entrenamiento! Empezamos con la carta de hoy.
Como muy bien sabes, con el coro del instituto cantas, de vez en cuando, en actos oficiales. Bien ¿Verdad? Pues se aproxima otro acto. En el cual el profesor de lengua y literatura os pedirá que os preparéis una canción de Lorca ya que viene un escritor a dar una charla sobre uno de sus libros.
Vosotros, ante tal noticia, os prepararéis el repertorio con toda la ilusión y ganas del mundo poniendo el cien por cien de vosotros mismos, para que todo salga perfecto. Lo que no te imaginas ni por asomo es lo que pasará según subas ( tú el primero) al escenario. No serás consciente de lo que te acaba de ocurrir hasta pasado un tiempo. No entenderás nada hasta que no bajes del escenario y tu amiga te explique qué es lo que ha pasado.
Veras…Blair…resulta que el chico que presentará el acto pedirá un nombre para poder daros paso y la líder os nombrara como ‘Las chicas del coro’ y tú, ajeno a todo esto, subirás el primero a las tablas ante las carcajadas y gestos de burla de cientos de compañeros que abarrotaban el salón de actos. Mirarás atrás y verás a tus compañeras intentado disimular la risa y tú mientras tanto…sin entender nada. Ya estaba confirmado que eras el pringado entre los pringados pero con este gesto te coronarán como el rey de los inadaptados.
¡Muchísima fuerza pequeño! Ya sabes que me tienes aquí para lo que necesites.
¡Nos vemos el día 20 y en redes sociales!